1/3/09

El misterio de Solá y Reutemann. El efecto de Proyecto Sur, por Gabriel Fernandez

Hacia una ajustada victoria oficial en octubre

A comienzos de la democracia, las autoridades del diario La Voz resolvieron modificar el estilo de la publicación para transformarla en Pueblo, un producto con rasgos impactantes y amarillos.

Así, el medio que se caracterizó, en el último tramo de la dictadura, por sostener una clara posición nacional popular y latinoamericana con información y análisis certeros y profundos, derivaba en otro modelo.

En aquel entonces --quien esto escribe estaba al frente de una de las áreas de política nacional-- un secretario de Redacción, el mítico Roberto Propato, me dijo: "se corre el riesgo de perder el público propio, sin contener un nuevo universo de lectores". Así sucedió. Y el nuevo medio, jaqueado además por la crisis del justicialismo en baja, tuvo poca vida.

En los últimos meses se observó el alejamiento de Felipe Solá y Carlos Reutemann del bloque kirchneriano. Con gran esmero, muchos espacios intepretaron que se trataba de un debilitamiento de la capacidad oficial para aglutinar vertientes.

El eje argumental ha sido, hasta el presente, la trascendencia de esos nombres en distritos centrales, y el disconformismo de las franjas medias arrastradas por la voz del patrón, sólo que presentadas como espíritus críticos.

Sin embargo, pensemos. Nadie lo hará por nosotros: los votantes de Solá y Reutemann, asentados en el interior agropecuario bonaerense y santafesino, no estaban dispuestos a seguir a sus referentes en un emprendimiento que los ligara a Cristina o a Néstor.

El contraste del último año resultó tan profundo y los liderazgos regionales de los dos justicialistas díscolos tan endebles, que éstos probablemente no lograran convencer a nadie sobre sus respectivas opciones.

Entonces, sin que esto presuponga pactos, una inteligencia común permitió el despliegue más razonable: que ambos se vuelquen sobre opciones justicialistas conservadoras o, eventualmente, sobre sí mismos, ratificando la realidad y, de paso, licuando el desplazamiento de sus sufragios hacia el neo radicalismo de la Coalición Cívica.

Aunque Cristina se portara "bien" ante el poder, esos núcleos agorilados nada le confiarían. Y como no tiene sentido hacerles caras lindas, la presidenta y su compañero se sacaron de encima a quienes no podían respaldarlos convincentemente y consolidaron su perfil propio con medidas de rastro peronista clásico.

Ese estilo es el que las franjas opositoras consideran izquierdista, estatista, populista y hasta montonero. En verdad, apenas configura una parcela de las acciones peronistas básicas sobre el mundo económico y social.

Por eso, el único drenaje real de votos puede darse en las grandes ciudades a través de la coalición que se gesta en derredor del Proyecto Sur de Pino Solanas (con el respaldo de Víctor De Gennaro, Miguel Bonasso, Libres del Sur, etc). Por allí sí es probable que se escurran unos cuantos votos kirchneristas.

Entonces, ¿ante qué panorama electoral estamos con vistas a los próximos comicios?

A vuelo de pájaro y dejando sentado que se trata de un conteo complejo en medio de situaciones regionales complejas, el kirchnerismo lograría un 35 por ciento, la Coalición de Elisa Carrió y compañía un 25, el macrismo con Solá un 20 y el Proyecto Sur cerca de un 15.

Esa es nuestra previsión hoy, a comienzos de marzo.

Ahora bien, la lectura de esos datos, una vez concretadas las elecciones de octubre, brindará perspectivas variadas. Por supuesto que el hit de los grandes medios será demostrar que la mayoría de los votantes están contra el gobierno. Perogrullada que incentiva la simpleza para evaluar un horizonte complicado.

Y, tal como viene la mano, no habrá periodistas peronistas avalados desde el gobierno para analizar a fondo la realidad, satisfactoria en el orden político a cinco años de gestión, pues la opción oficial sigue siendo impulsar la medianía comunicacional sosteniendo a quienes, apenas y con pobre estilo, copiarán estas líneas cuando todo resulte evidente.

No está tan mal, pese a todo. Piense, lector.

1 comentario:

  1. compañero Gabriel:
    me parece que le da demasiado al Pino solanismo, el que mi entender solo puede acumular en Capital y pcia de Bs.As.
    Veo una mejora que seguramente dejara numeros en crecimiento en mi pcia Entre Rios.
    Y despues del reportaje de Reutemann en el clarin del domingo pasado, no creo que sea un idscurso tan opositor como el de la dupla Solá De Narvaez, orquestada por Macri y Duhalde

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